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Copio a continuación lo que me ha parecido de particular interés en este documento, una vez leído.
La transmisión de la COVID-19
Cada día se sabe más acerca de la transmisión del virus de la COVID-19; esta es fundamentalmente una afección respiratoria y la gama de cuadros clínicos que causa va desde las manifestaciones muy leves y no respiratorias hasta la enfermedad respiratoria aguda grave, la septicemia con disfunción de aparatos y sistemas y la muerte. Algunas personas infectadas no presentan ningún síntoma.
Actualmente, se ha comprobado que el virus causante de esta infección se transmite principalmente de persona a persona mediante las gotículas respiratorias y el contacto físico. La transmisión por gotículas se produce cuando una persona entra en contacto cercano (menos de 1 metro) con un individuo infectado y se expone a las gotículas que este expulsa, por ejemplo, al toser, estornudar o acercarse mucho, lo que da por resultado la entrada del virus por la nariz, la boca o los ojos (conjuntiva).(5-10) El virus se puede transmitir también por objetos contaminados (fómites) presentes en el entorno inmediato de la persona infectada.(11, 12) Por consiguiente, la transmisión del virus de la COVID-19 puede darse por el contacto directo con personas infectadas o indirectamente por contacto con superficies del entorno inmediato u objetos que se usan para asistir al paciente o que este utiliza (por ejemplo, estetoscopio o termómetro).
En determinadas circunstancias y lugares donde se practican procedimientos generadores de aerosoles (PGA) respiratorios es posible que el virus se transmita por la vía aérea (...) Es necesario llevar a cabo investigaciones de buena calidad, en particular ensayos aleatorizados, en diversas situaciones para colmar muchas de las lagunas de conocimiento relativas a los PGA y la transmisión del virus de la COVID-19 por vía aérea.
Cada día se sabe más acerca de la transmisión del virus de la COVID-19; esta es fundamentalmente una afección respiratoria y la gama de cuadros clínicos que causa va desde las manifestaciones muy leves y no respiratorias hasta la enfermedad respiratoria aguda grave, la septicemia con disfunción de aparatos y sistemas y la muerte. Algunas personas infectadas no presentan ningún síntoma.
Actualmente, se ha comprobado que el virus causante de esta infección se transmite principalmente de persona a persona mediante las gotículas respiratorias y el contacto físico. La transmisión por gotículas se produce cuando una persona entra en contacto cercano (menos de 1 metro) con un individuo infectado y se expone a las gotículas que este expulsa, por ejemplo, al toser, estornudar o acercarse mucho, lo que da por resultado la entrada del virus por la nariz, la boca o los ojos (conjuntiva).(5-10) El virus se puede transmitir también por objetos contaminados (fómites) presentes en el entorno inmediato de la persona infectada.(11, 12) Por consiguiente, la transmisión del virus de la COVID-19 puede darse por el contacto directo con personas infectadas o indirectamente por contacto con superficies del entorno inmediato u objetos que se usan para asistir al paciente o que este utiliza (por ejemplo, estetoscopio o termómetro).
En determinadas circunstancias y lugares donde se practican procedimientos generadores de aerosoles (PGA) respiratorios es posible que el virus se transmita por la vía aérea (...) Es necesario llevar a cabo investigaciones de buena calidad, en particular ensayos aleatorizados, en diversas situaciones para colmar muchas de las lagunas de conocimiento relativas a los PGA y la transmisión del virus de la COVID-19 por vía aérea.
(...)Es difícil efectuar estudios completos de la transmisión originada en individuos asintomáticos; aun así, los datos científicos recopilados a partir de los informes de rastreo de contactos por los Estados Miembros indican que es mucho menos probable que las personas con infección asintomática transmitan el virus por comparación con las que presentan síntomas. (...) Los datos científicos recabados hasta el momento acerca de la transmisión de casos sin síntomas procede de un número escaso de estudios con muestras pequeñas en los que es posible el sesgo de rememoración y no se puede descartar la transmisión por fómites.
Orientación sobre el uso de mascarillas en establecimientos sanitarios (en particular los entornos de atención de larga estancia y los centros residenciales)
(...) La OMS sigue reuniendo datos de investigación sobre la eficacia del uso de diferentes mascarillas y sus posibles daños, riesgos e inconvenientes, así como su combinación con la higiene de las manos, el distanciamiento físico y otras medidas de PCI. (...)
Datos científicos recopilados
En las zonas de transmisión comunitaria o brotes epidémicos de gran magnitud de la COVID-19, se ha adoptado el uso general (también llamado uso universal) de mascarilla por muchos hospitales con miras a disminuir la posibilidad de transmisión (asintomática, presintomática y sintomática) por los trabajadores de salud y por cualquiera que entre en el establecimiento de la COVID-19 al personal y otros pacientes.
A la fecha no se conocen estudios en los que se hayan investigado la eficacia y los posibles efectos secundarios del uso general o continuo específico de mascarilla por los trabajadores de salud para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2. A pesar de la ausencia de pruebas, la gran mayoría de los miembros del COVID-19 IPC GDG de la OMS respaldan la práctica de los trabajadores de salud y los cuidadores en las zonas asistenciales (haya o no enfermos de COVID-19 u otros enfermos en ellas) de establecimientos situados en regiones donde hay transmisión comunitaria comprobada o presunta consistente en usar constantemente una mascarilla médica durante su turno, salvo cuando comen, beben o se cambian la mascarilla después de asistir a un paciente frente al que hay que adoptar precauciones contra gotículas o contacto por otros motivos (por ejemplo, gripe), a fin de evitar la posibilidad de contagio cruzado.
(...) Cuando se prevea el uso de mascarilla por todo el personal de salud habrá que garantizar la disponibilidad de éstas a largo plazo, en particular para quienes atienden a enfermos de COVID-19 confirmada o presunta.
(...) El personal que no trabaja en zonas asistenciales (por ejemplo, el personal administrativo) no necesita usar mascarilla médica durante sus actividades ordinarias.
En las zonas de transmisión comunitaria o brotes epidémicos de gran magnitud de la COVID-19, se ha adoptado el uso general (también llamado uso universal) de mascarilla por muchos hospitales con miras a disminuir la posibilidad de transmisión (asintomática, presintomática y sintomática) por los trabajadores de salud y por cualquiera que entre en el establecimiento de la COVID-19 al personal y otros pacientes.
A la fecha no se conocen estudios en los que se hayan investigado la eficacia y los posibles efectos secundarios del uso general o continuo específico de mascarilla por los trabajadores de salud para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2. A pesar de la ausencia de pruebas, la gran mayoría de los miembros del COVID-19 IPC GDG de la OMS respaldan la práctica de los trabajadores de salud y los cuidadores en las zonas asistenciales (haya o no enfermos de COVID-19 u otros enfermos en ellas) de establecimientos situados en regiones donde hay transmisión comunitaria comprobada o presunta consistente en usar constantemente una mascarilla médica durante su turno, salvo cuando comen, beben o se cambian la mascarilla después de asistir a un paciente frente al que hay que adoptar precauciones contra gotículas o contacto por otros motivos (por ejemplo, gripe), a fin de evitar la posibilidad de contagio cruzado.
(...) Cuando se prevea el uso de mascarilla por todo el personal de salud habrá que garantizar la disponibilidad de éstas a largo plazo, en particular para quienes atienden a enfermos de COVID-19 confirmada o presunta.
(...) El personal que no trabaja en zonas asistenciales (por ejemplo, el personal administrativo) no necesita usar mascarilla médica durante sus actividades ordinarias.
Cuando se adopte el criterio del uso continuo específico de
mascarillas médicas hay que tener en cuenta los posibles
peligros y riesgos mencionados en seguida:
-
la contaminación por el propio usuario derivada de la
manipulación con las manos contaminadas;
-
la posibilidad de contaminación que puede surgir si el usuario no cambia una mascarilla que se ha humedecido, ensuciado o deteriorado;
-
la posible aparición de lesiones cutáneas de la cara, dermatitis irritativa o empeoramiento del acné cuando las mascarillas se usan por muchas horas
-
las mascarillas pueden resultar incómodas;
-
una falsa sensación de seguridad que puede propiciar una observancia menos rigurosa de otras medidas
preventivas esenciales, como el distanciamiento físico y
la higiene de las manos;
-
el riesgo de transmisión por gotículas y de salpicaduras a
los ojos, si la mascarilla no se combina con el uso de
protección ocular;
-
los inconvenientes o dificultades para usar mascarilla en
determinados grupos de población vulnerables como los
aquejados de trastornos mentales o discapacidades del
desarrollo, los sordos y los niños;
- la dificultad para llevar la mascarilla en ambientes cálidos y húmedos.
A día
de hoy, no hay pruebas directas (provenientes de estudios
sobre la COVID-19 y en personas sanas de la comunidad)
acerca de la eficacia del uso generalizado de mascarilla por
personas sanas de la comunidad para prevenir la infección por
virus respiratorios, en particular el causante de la COVID-19.
(...) Hasta el momento, el uso generalizado de mascarillas por las personas sanas en la comunidad no se apoya en datos de investigación de buena calidad o directos, y por ello conviene sopesar los posibles riesgos y beneficios
(...) Hasta el momento, el uso generalizado de mascarillas por las personas sanas en la comunidad no se apoya en datos de investigación de buena calidad o directos, y por ello conviene sopesar los posibles riesgos y beneficios
"Posibles" beneficios o ventajas
Estas son las ventajas probables del uso de mascarillas por personas sanas del público general:
Estos son los inconvenientes probables del uso de mascarillas por personas sanas del público general:
Estas son las ventajas probables del uso de mascarillas por personas sanas del público general:
-
posible disminución del riesgo de exposición a personas infectadas antes de que estas presenten síntomas;
-
posible reducción del estigma de las personas que usan
mascarillas para no contagiar a otros (control de fuentes)
o de las personas que atienden enfermos de COVID-19 en entornos que no son clínicos;(70)
-
hacer que las personas sientan que pueden contribuir activamente a atajar la propagación del virus;
- recordar a las personas que deben observar otras medidas (por ejemplo, higiene de las manos, no tocarse la nariz ni la boca). Sin embargo, esto puede también producir el efecto contrario.
Estos son los inconvenientes probables del uso de mascarillas por personas sanas del público general:
-
posible aumento de la contaminación de la mascarilla por
el usuario debido a la manipulación de esta, seguida del
tocamiento de los ojos con las manos contaminadas;
-
la posibilidad de contaminación que puede ocurrir si el
usuario no cambia una mascarilla que se ha humedecido
o ensuciado. Esto puede crear condiciones favorables
para la multiplicación de microorganismos;
-
la posibilidad de dolor de cabeza o dificultades para
respirar, según el tipo de mascarilla usada;
- la posible aparición de lesiones cutáneas de la cara, dermatitis irritativa o empeoramiento del acné cuando las mascarillas se usan por muchas horas;
- dificultades para comunicarse claramente;
- posible incomodidad;(41, 51)
- una falsa sensación de seguridad que puede propiciar una observancia menos rigurosa de otras medidas preventivas esenciales como el distanciamiento físico y la higiene de las manos;
- observancia deficiente del uso de la mascarilla, especialmente por los niños de corta edad;
- problemas de eliminación de desechos; la eliminación incorrecta de las mascarillas puede aumentar la basura en lugares públicos, el riesgo de contaminación de los trabajadores que limpian las calles y el peligro ambiental;
- dificultades de comunicación para los sordos que dependen de la lectura de los labios;
- inconvenientes o dificultades para llevar la mascarilla, especialmente para los niños, las personas con trastornos del desarrollo, las aquejadas de trastornos mentales, las personas mayores con deterioro cognoscitivo, las que padecen asma o problemas respiratorios crónicos, las que han sufrido traumatismos faciales o recién sometidas a operaciones de la boca o maxilofaciales y a quienes viven en climas cálidos y húmedos.
-
La OMS ofrece las siguientes orientaciones sobre el uso
correcto de las mascarillas, las cuales están basadas en las
mejores prácticas aplicadas en establecimientos de atención
de salud:
-
asearse las manos antes de ponerse la mascarilla;
-
colocarse la mascarilla con gran cuidado, procurando que
cubra la boca y la nariz, se ajuste al puente de la nariz y
quede bien sujeta para disminuir cualquier posible hueco
entre el rostro y la mascarilla;
-
abstenerse de tocar la mascarilla mientras se la llevapuesta;
-
aplicar la técnica correcta para quitarse la mascarilla:desatarla o desprenderla por detrás sin tocar el frente;
-
después de quitarse la mascarilla o siempre que se la
toque sin querer mientras se la lleva puesta, limpiarse las
manos con una solución alcohólica o lavárselas con agua
y jabón si se han ensuciado;
-
cambiarse la mascarilla tan pronto como esta se humedezca;
- no reutilizar las mascarillas de uso único;
- desechar la mascarilla de uso único después de quitársela y desecharla de inmediato
A la vista de lo aquí expuesto pienso que queda suficientemente claro que, al día de hoy, no existen evidencias científicas a favor del uso de las mascarillas (excepto en el caso de personal sanitario que atiende a pacientes con este virus).
José Martí
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